10/01/2008

El término “capitalismo feminista” puede sonar doloroso para las feministas que se consideran de izquierda y, más aún, para las que se oponen a las bases del capitalismo. Pero, si se oponen al sistema, deberían abandonar sus intentos de buscar ser aceptadas por él. La lucha contra la discriminación en los empleos, por ejemplo, es la lucha para formar parte de la máquina productiva del sistema, de los patrones, los roles impuestos y la plusvalía; es decir, del capitalismo.

¿Abandonar la casa para estar encerradas en una oficina? ¿Cambiar al marido por el patrón? Esto es lo único que nos pueden ofrecer las reformas laborales. Mejorar las condiciones en los empleos no es otra cosa que mejorar el funcionamiento del sistema, por que ello no cambia su estructura matriz.

Son los derechos y los deberes los que nos oprimen. Ellos son los supuestos beneficios y los mandamientos que nos propone el sistema para mantenernos como peones en su tablero de ajedrez. Y como tampoco queremos ser reyes ni reinas hemos de despojarnos de los caminos trazados por los que el tablero nos exige desplazarnos: la igualdad social es un anhelo suicida. La codicia hacia la esclavitud asalariada a la que están sometidos los “hombres” se hace evidente. Las feministas suponen un colectivo oprimido de nuestra sociedad que desea convivir en asociación íntima con sus propios opresores.

Para recuperar nuestras vidas necesitamos oponer nuestras necesidades a todos los derechos que nos pueda ofrecer este sistema o cualquier otro, esto es actuar prescindiendo del permiso de las instituciones del patriarcado. No necesitamos la protección del estado, por más que su policía nos asegure no tocarnos ni con el pétalo de una rosa.

7 comentarios:

anton dijo...

¡Brillantísimo texto! Acabo de encontrar tu blog mientras revisaba "la audiencia" de los vídeos que voy subtitulando (SubtUtiles). Es la mejor reivindicación en defensa de la mujer que he leído en la vida! Saludos cordiales, camarada. Un abrazo, a.

Cauac dijo...

No queremos ser esclavas,
ni en la casa ni en la barra de un bar,
no queremos ser obreras,
por que no queremos trabajar!
No queremos ser esclavas,
ni en la escuela ni en una votación,
no queremos ser verdugas
de nuestros sueños,
porque esta no es nuestra realidad!

Un soplo de aire libertario...

Anónimo dijo...

muy bien texto, jamas lo habia visto de esa forma.

gracias :)

Cauac dijo...

uhm

suspirame

anónimo 4 dijo...

la solución está en las estructuras sociales rizomáticas. Formar enormes redes de amistad. En todo este océano de palabras, lo único que se necesita es lo esencial: el amor.
El terror y todas sus manifestaciones te regresará directamente a la cara, al igual que todo lo que brote de ti. Siembra y cosecharás.
Bueno, tu blog lo dejo en mi blogroll. En realidad no sé por qué.
Ando un poco aburrido del mismo floro de las caducas izquierdas. Sigo pensando que la revolución tiene que ser cada día algo nuevo, una mente en blanco, un caos andante, reptante, danzante. Un baile silencioso. "La verdad" es la mejor forma de terrorismo. A pesar que nadie da con ella, todo el mundo es parte de ella. A pesar que nadie puede decirla, todos la estamos diciendo. La verdad se dice sola, con sus propias palabras, que somos nosotros, simples peones, símbolos con los que ella misma se expresa.
Hagan lo que quieran, hagan algo bueno. Toda la sabiduría del universo está en las propagandas de coca cola.

Anónimo dijo...

"... Son los derechos y los deberes los que nos oprimen. ..."

acoto -> los derechos tienen toda la pulpa antropocentrista. si derecho, derecho para la especie humana. en razón proporcional a los derechos está (la) Tristeza y opresión en el mundo.

odo dijo...

no viene al caso pero me gusta tu blog y hago un enlace en el mio http://elparpadoenelfuego.blogspot.com/