6/25/2007

El fin del mundo no es momentáneo, es un proceso, y estamos inmersos hasta el cuello. Dentro de un espacio de tiempo relativamente corto, todos los sentimientos, la única belleza de los humanoides, se extinguirán, dando paso a un mundo plastificado y maldito, lleno de ciudades de cemento, y no habrá posibilidad alguna de retorno.

La esperanza es la simbiosis entre niños y jóvenes. Los adultos están ya "viviendo" vidas de cemendo y plástico, están ya perdidos, condenados a morir. En cambio, en las jóvenes mentes se entremezclan experiencia y curiosidad por lo no probado. Son los únicos que conservan sentimientos. Ellos, y los niños.

En el fin del mundo estamos inmersos porque los niños, los habitantes del futuro, son corrompidos por la idea del plástico. Los adultos pretenden, conocedores o no, implantarnos la mentira, la plasticidad, la hipocresía en sus mentes. Si los niños se corrompen, los jóvenes no tendrán a quién mostrar los sentimientos ni cómo sentirlos. Si los niños se corrompen, y pronto lo estarán, la esperanza morirá.

TEENS ARE THE FUTURE!

3 comentarios:

Desconfia Zine dijo...

lamentablemente a determinada edad pareciera k las personas estan tan asimiladas x el sistema k ya no tienen punto de cuestionamiento alguno.. saludos

Anónimo dijo...

los niños sueñan ya con convertirse en unos cerdos, lobotomizado/neoliberal mas , solo qedan una minoria de jovenes y niños "puros" , y tecnicamente tambien estan contaminados por el virus q representa el hombre moderno , el asunto esta muy complicado y pronto todos lloraremos por haber tirado voluntariamente la humanidad por el retrete!!

BELMAR dijo...




"Una pesada neblina comienza a enturbiar la luminosidad de la mañana. Los dioses empiezan a perder su lozanía y una vejez prematura y dolorosa asoma a sus semblantes. Marchitan y palidecen; pierden el vigor, y los atributos de su fuerza y poder caen de sus manos. En las ramas, las manzanas divinas empiezan a perder su frescura y pronto han de caer como las hojas."

(De "El Anillo del Nibelungo", Richard Wagner)


BELMAR