3/15/2008

¿Tomar los medios de producción?

Tomar los medios de producción sería realmente lógico si también lógico fuese todo aquello que se produce actualmente. Antes que nada, habría que agregar que la producción compulsiva es necesaria para el sistema, es vital, aquello que lo sostiene. Sin ella este no podría existir. Y según como se han desarrollado las condiciones de vida dentro del sistema ni si quiera las tres cuartas partes de lo que se produce globalmente se sitúa dentro de lo que podemos decir que es “una necesidad”, pues casi todo lo que se fabrica no pasa a ser más que consecuencia del sueño capitalista de tener todo el mundo bajo control y una vida cada vez más “simplificada”.

Y hoy, a pesar de todo el avance tecnocrático, la calidad de la vida, los objetivos de las personas, sus sueños, son mediocres. A menos que nos reafirmemos en la necesidad de mantener el sistema de producción que hoy nos oprime habríamos de defender sus componentes materiales.

Como una forma de satisfacer una necesidad inmediata, y no como un proyecto a largo plazo, para la eternidad de la vida ni como un sueño idealizado, me parece que la autogestión puede tener validez. Incluso hoy mismo, no podemos autogestionar nada más que lo necesario para alimentar la destrucción del sistema.

En cualquier sociedad en la que convivamos necesitaremos, a menos que no nos importe morir, básicamente, dos cosas: alimentación y vestido. Lo cual se puede desarrollar con facilidad, alegría y creatividad bajo la práctica del “Hazlo tú mismo” o la llamada autosuficiencia, obviamente sin negarse la posibilidad de agruparse con los amigos y amigas más cercanos. Para ello es indispensable transformar la urbe (“Debajo del asfalto está la playa, la naturaleza”, Mayo del 68), ya que con lo que se produce en ella lo mejor que podemos conseguir son productos de cemento y plástico, pero no alimentos. Aunque lo más inteligente sería abandonarla, a menos que pretendamos seguir explotando a las comunidades de la sierra ofreciéndoles la misma idea de progreso extendida por las grandes corporaciones de hoy.

Habiendo cumplido estas necesidades primarias por nosotros mismos tenemos tiempo y espacio para desarrollar la variedad de actividades que más nos plazcan, aunque la idea es que estas formen parte de nuestras vidas y no algo separado de ella, como un castigo, como es hoy (está demás indicar que hablamos de una comprensión de la realidad desde una perspectiva libertaria y no de una forma de diversión característica de un policía).

A todo esto podríamos llamarle autogestión. Ya que no existe propiedad privada y tampoco ninguna institución u organización mediadora de las actividades que se desarrollan a voluntad. Cuando tomamos el control de nuestras vidas directamente ello es imposible. Y para esto no se necesitan fábricas, horarios, ni control del medio ambiente, sólo intentar devolverle un estado óptimo que sea útil para reconectarnos con la vida. Obviamente hoy todo ello está en las manos de las instituciones y grupos de poder y además ha sido transformado para la producción de mercancías, la idea es que no le pertenezca a nadie, que no hayan más dueños, que no haya más mercancía.

2 comentarios:

Álvaro dijo...

Hombre, incluso para labrar el campo viene bien el anarcosocialismo... O para hacer ropa, o para montar una guardería... No sólo para fábricas.

Álvaro dijo...

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El aspecto estético está en construcción.