4/10/2008

Tal vez Durruti llevaba en el corazón
un mundo viejo.
"No tenemos miedo a las ruinas. Los obreros hemos construido los palacios y ciudades de España y América, podemos volver a hacerlo. La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia, pero nosotros llevamos en el corazón un mundo nuevo y eso mundo crece a cada instante".

Para que el mundo nuevo no se quede encerrado en nuestros corazones, es necesario destruir el “mundo viejo”. El mundo viejo interno que habita en los seres humanos no se creó por si sólo, sino que es parte del mundo viejo exterior actual. No podemos liberar nuestro mundo nuevo por que el mundo viejo nos lo impide, para bien o para mal, el mundo viejo no morirá solo. Debemos atacarle hasta que no quede rastro de él. No sólo no le tememos a las ruinas, sino que les esperamos ansiosamente para desarrollarnos sin impedimentos, ni planificaciones previas. Mientras el humo adorne el festival anárquico, descansaremos y haremos el amor encima de ellas. Serán las ruinas del sistema, de sus fábricas, de su progreso, no las nuestras. Ya no querremos reconstruir una mierda del mundo viejo.

No necesitaremos más palacios, ni ciudades espectaculares; pues ambos tan sólo sirven para garantizar el mundo viejo, por tanto tampoco no sólo no necesitaremos patrones nunca más, sino que tampoco obreros que reconstruyan el mundo viejo. Matemos al obrero del mundo viejo que tenemos dentro y seamos niños desobedientes que no se toman nada con seriedad, sino que hacen su propia vida ahorcando el aburrimiento heredado por la historia impuesta. Que la diversión y el placer sean los medios para alcanzar la libertad. Y que la libertad sea el medio para lograr la diversión y el placer, también.

El mundo viejo crece a cada instante.
Esta creciendo ahora, mientras hablo con vosotros.


Los individuos se han convertido en instrumentos que respiran, no para vivir, sino para trabajar. Salarios, horarios, condiciones de trabajo, productividad, competitividad, rentabilidad, progreso, industrialización y miles de adjetivos continúan la aburrida y extensa lista de zancadillas que impone el sistema mediante el trabajo. Hemos nacido para vivir en libertad, y posteriormente morir con una sonrisa en el rostro, no para trabajar y morir del cansancio. El viejo mundo se fortalece y desarrolla por cada obrero que se frustra moviendo una palanca o por cada supermercado que es recibido de brazos abiertos en tu ciudad para fomentar nuevos empleos y más producción. No importa la lista de pretextos que tengan bajo la manga. No les creemos ninguna de sus palabrerías, lo único que queremos ver de uds. son sus cadáveres y convertir sus centros de consumo en cementerios.

Registro Re-créate, pendiente desde 22/09/07

3 comentarios:

Pelo dijo...

Habemos personas que nos destruímos continuamente, destruímos "nuestros viejos mundos",pero a veces construír uno nuevo es más difícil d elo que parece. Y lo cierto es que los grandes cambios empiezan por uno mismo.

Me encanta tu blog, es uno d emis favoritos.

Saludos.

Pelo dijo...

(Errores de dedos, qué raro)

RR dijo...

.
perfecto.

alguién más que quiere incendiar el mundo y soplar las cenizas hacia libros futuros.

cada quien que encuentre la manera de revolucionar su propio mundo, revolucionar la cotidianidad y revolucionar cualquier teoría pro-revolucionaria.

saludos!