Actos de desobediencia cotidiana I

Por ellos, por que aunque sus nombres no figuren en extensos libros sino en actas delictivas, no los hemos olvidado. Por ellos, por que nunca perdieron la sonrisa o el llanto. Por que aprendieron a desaprender y recordaron que tienen todo el derecho de olvidar los consejos absurdos de mamá y papá. Por ellos, por que, aunque condenados a prisión, al trabajo, asesinados o suicidados los actores, sus argumentos quedarán grabados en la memoria de sus mercenarios, pues pasaron a ser víctimas.
Por ellos, por ti, por mi, por el/la. Por todos nosotros:

- A los que no necesitan gallos, ni despertadores para abandonar la cama.
Y a los que no quieren abandonarla nunca.
- A los que despintan la fachada de sus casas o duermen fuera de ella.
- A los que no abren la puerta cuando tocan el timbre.
- A los que han dejado de cepillarse los dientes 3 veces al día.
- A los que se hacen “el muerto” antes que el dentista les revise los dientes.
- A los que han dejado de comer por costumbre o compromiso la torta de chantilly que siempre regalan cuando cumplen años. Y a los que le meten el dedo a la torta, cuando recien llega en la caja de carton.
- A los que golpearon ya, al chico malo del barrio.
- A los que le lanzaron un pelotazo al árbitro durante el partidito en la única loza deportiva del barrio.
- A los que han invitado ir a la mierda a los ridículos de Goku, Pokemon y Timoteo.
- A los que confesaron a su novia que son gay.
- A los que nunca han ido a una misa.
- A los que recibieron la hostia sin haberse confesado. Y a los que robaron parte de la bolsa de recaudacion comunal (diezmo).
- A los que gorrean la parte trasera de motos transporte hasta algún parque o en última instancia, un paradero cercano a casa.
- A los que se hacen los dormidos para no pagar el pasaje del autobus. Y a los que prefieren viajar en bici.
- A los que no utilizan desodorante y se sienten orgullosos del aroma natural.
- A los que cruzan la pista, y no el puente, para poner en panico a los autoritarios automoviles.
- A los que se tiran la pera y evaden clases de colegio.
- A los que copian durante los exámenes de memorización.
- A los que han sido capaces de lanzar la pesada mochila que tienen que cargar todos los días encima del director.
- A los que hincan con lápices y compases al profesor de matemática.
- A los que esconden las tizas y juegan con a lanzar la mota durante clase.
- A todos los que decidieron comenzar a vivir.

Para que el mundo recuerde que ha dejado de serlo.Por que el espíritu de desobediencia y de amor por la libertad no nos lo pueden vender.Y si lo hacen, pues, tengan por asegurado que ¡Lo robaremos!